julio 03, 2009

Y yo, pensando guijarro como nube















Mi ventana se desplaza por encima de jirones nebulosos e informes.
Es la velocidad quien rompe los cúmulos de mi perspectiva en lineas profusas y dispares.
¿Cuanta distancia será necesaria recorrer?
¿Cuanto aliento cabe en una bocanada?
Ahora que comprendo este movimiento, puedo ya alcanzar mis prófugos deseos.

marzo 20, 2009

C: Sigourney Ranch

Michael Wells tomó su remington 870, calibre 12, sus binoculares con vision nocturna, un cuchillo, un cambio de ropa y montó su Ford Lobo rumbo a Sigourney Ranch. El anuncio en su página web rezaba "Sigourney Ranch, Hunting Lease, where you can hunt wildlife." El rancho se encontraba en la frontera, en Sulivan City, muy cerca de McAllen, Texas. Michael se consideraba un cazador experto, antes había cazado pavos salvajes, jabalíes, venados e incluso un oso en el norte. No pudo cazar tigres, pues no aparecieron en las dos semanas que paso en la India, pero para él fue como si hubiera cazado uno. Hacia ya treinta años cazaba y otros ocho que acudia a lugares controlados para su esparcimiento.

Llegó a medio día al rancho. Fue recibido por Dirk, quien había respondido el mail de Michael confirmandole que, efectivamente, en ese rancho se practicaba la caza de ratones del campo. Intercambiaron un saludo frío, y luego Dirk lo acompañó a la recepción del rancho. La estancia era muy grande en superficie, y en construcción contaba con un restaurant cinco estrellas, dos salones para eventos especiales, 40 habitaciones de distintas categorías, un lobby, bar, picinas, canchas de tennis y caballerizas. Dirk explicó a Michael que tendrían que esperar a un huesped que tenía la misma aficción por la caza. Pasarían la noche los tres en una cabaña a unos 25 km del rancho, y salidrían por la madrugada de caceria. Dirk aseguró que los animales se presentarían.

Las cabezas de animales colgadas en las paredes del privado le recordaron a Michael su hogar. Había muchas bestias, incluso, de otros continentes, inmóviles y con apariencia amenazante. Dirk sacó a colación el tema del dinero. El pago se realizó en efectivo como habían convenido. Luego, Dirk explicó cómo haría el registro de una habitación en un hotel de Sulivan City por esa noche para Michael, pues el rancho se preocupaba mucho por sus huespedes, sobre todo, los que tenían preferencia por estas presas tan particulares. Dirk le pidió a Michael que no se moviera del privado, que era preferible que nadie lo viera en las instalaciones del rancho, que regresaría en un momento con el otro compañero de caza. "Presentese simplemente como Mike", pidió como última petición Dirk antes de salir. Pasada media hora, regresó con un hombre de unos 45 años que se presentó como Rob. El saludo también fue frio, más no despertó ninguna incomodidád en Michael, que hasta lo prefería así.

Tomaron una camioneta del rancho que estaba cargada con provisiones. Salieron cerca de las tres de la tarde por un camino de terracería hacia el interior de la estancia. Fue un viaje de dos horas casi en silencio. El paisaje estaba desprovisto de toda presencia humana, sólo se veían matorrales y plantas con espinas. Finalmente llegaron a una cabaña que no tenìa nada que ver con los lujos del rancho. Dirk les preparó algo de comer y luego se fueron a la cama. "Los despierto cuando sea hora de salir." les dijo Dirk mientras se acomodaban en sus camas.

Cerca de las dos y media de la mañana tres golpes secos sacaron a Michael de un sueño que se desarrollaba en sudamérica. Dirk se levantó en seguida y salió de la choza. Desde fuera Michael escuchó una conversación en español entre Dirk y el hombre recién llegado.

"Están esperandome en el árbol de siempre, usté no'mas eche un tiro al aire y va a ver cómo empiezan a correr. Son tres, dos machos y una hembrita." "Ta' bueno don, mañana pase por lo suyo al rancho, 'ora mejor vayase, asi los huespedes se sienten mejor."

Aunque no entendía nada de lo que decían, Michale comenzó a sentir la emoción de la caza. Rob seguía dormido, mientras Michael irrigaba adrenalina a sus arterias. Comenzó a salivar, recordando la ocasión en la que se enfrentó a aquel oso gris de 300 libras. Michael se levantó y estuvo listo en 30 segundos. Luego Dirk entró, despertó a Rob y les explicó a ambos: "Estamos listos. Los voy a llevar a unas 100 yardas de dónde están, y de ahí en adelante, ustedes saben." Michael asintío en silencio. Esperaron que estuviese listo Rob y salieron a la noche sin luna. Las manos de Michael comenzaron a sudar. Hacía mucho tiempo que no sentía toda esa emoción, salir por la noche, acechar a su presa. Caminaron unos 20 minutos procurando no hacer ruido. De pronto Dirk se detuvo tras un matorral. Sin decir nada, apuntó con la mano un árbol. Ahí estaban, tres siluetas en torno al tronco descansaban. La respiración se le entrecortaba a Michael. Dirk sacó una pistola pequeña y dió un tiro al aire.

Las presas comenzaron a gritar con horror en idiomas inteligibles para Michael. Cada una corrió en una direccion distinta. Michael siguió a la que le pareció la más rápida como mandato de su ego. Fue tras ella unas 150 yardas, luego se detuvo, tomó la escopeta y tiró del gatillo. Su presa cayó al piso. El corazón le latía rápido, hiperventilando y escurriendo sudor, se acercó a su trofeo. Ella seguía con vida, pero sólo sollozaba en silencio. Ya no serviría como trofeo, pero, como buen cazador, tenía que darle el tiro de gracia al animal. Cuando Michael se acercó más y pudo ver su rostro desfigurado por el horror y el dolor vió a su madre, cuando él tenía 17 años, tirada al lado de la cama con un tiro en el abdomen de la .357 magnum que su padre ponia bajo la almohada. Ella estaba tendiendo la cama. Los paramedicos no llegaron a verla con vida. Un terrible grito regresó a Michael al presente. Su presa había recibido el impacto entre la cadera y el abdomen del lado derecho. Los gritos continuaron mientras se contorsionaba tratando de alejarse del cazador.

"¡Por favor señor, no me mate! ¡No me mate!" Todo el poder que Michael sentía se transformó en miedo y vacío. A diez yardas de su presa, que no dejaba de llorar y gritar, Michael se paralizó del horror. La sangre que manaba de su presa ya formaba un charco debajo de ella. "¡Por favor, no me quiero morir!". Una lucha entre el miedo y la desesperación se apoderaron de Michael, le eran insoportables los berridos que daba la muchacha a la que le acababa de disparar. "¡No me mate, no me mate!". Era insorpotable estar parado ahí, pero los gritos eran lo peor. Michael tomó la escopeta, apuntó al rostro y terminó con los gritos que no comprendía en su idioma, pero que podía enteder con amplia claridad.

enero 26, 2009

C: Dos ojos de fuego, cien ojos de piel


Aunque Mako le indicó que no saliera, aún así lo hizo. Desde las chozas que se encaramaban en las alturas de las ceibas, escapaban sonidos de confusión y excitación. Abajo, en un claro entre la maleza, el hombre Jaguar entregaba un par de papiros amarillentos a Mumba, líder de la aldea. Muuk’ nunca había visto a un hombre de Bonampak, y mucho menos un hombre Jaguar. Su madre contaba historias a él y otros niños de los grandes señoríos que se extendían por todo el Mayab, pero el de Bonampak era el favorito de Muuk'.

El extranjero era alto y de piel cobriza, tenía unos 27 años. El cabello negro y largo le colgaba hasta la media espalda. Llevaba la cabeza cubierta por un yelmo de jaguar, su rostro sobresalía entre las fauces de la fiera. Tenía una expresión profunda y tranquila, miraba con benevolencia a la mujer que recibía con honores el mensaje del ahau. Del cuello le colgaba un colmillo bañado en oro, la espalda y el pecho desnudo, con excepción de una cinta de piel del felino que cruzaba en diagonal su cuerpo. La misma textura se repetía en su taparrabos y en los brazaletes que usaba en codos, muñecas y arriba de las rodillas. Las sandalias que portaba eras de una corteza obscura y muy dura, con cintas que contorneaban las pantorrillas hasta sus rodillas. En su espalda, cargaba un cajac con nueve flechas, todas adornadas con plumas verde esmeralda. De su cinturón colgaba una hermosa daga de obsidiana con una piedra roja en forma de corazón en el centro del mango.

Al fin, los murmullos se fueron apagando y se hizo silencio. Muuk' corrió a las faldas de Mako que miraba desde las alturas. Abajo, la anciana inclinó la cabeza en señal de respeto, agradeció a las fuerzas del universo y luego al ahau de Bonampak. Entonces Mumba habló a la aldea "Desde la hermosa Bonampak ha venido este guerrero con un mensaje del ahau. La guerra entre Toniná y Palenque se extiende en el sur y el oeste, siendo cada vez más feroz y más peligrosa para las pequeñas villas de Lacan-Tún. El señor de Bonampak ha ofrecido proteger nuestra tierra de la guerra. A cambio, nuestro pueblo le jura fidelidad y tributo a la hermosa Bonampak." La villa estaba perpleja. Si bien, todos sabían de las guerras entre Toniná y Palenque, esta sería la primera vez que la aldea se uniese a un señorío. Siempre habían sido un pueblo valiente, autónomo como pocos en la región. Su situación de neutralidad les permitía hacer comercio con casi todas las ciudades del Mayab. El jurar lealtad al señorío de Bonampak traería beneficios al pueblo, como la protección de la guerra, los niños podrían ir a Bonampak a instruirse en artes de magia ó guerra, y los ancianos de la villa podrían participar como parte del consejo de sabios de Bonampak. Por otro lado, también precipitaría a la población a la guerra inevitablemente si Bonampak se ganara la enemistad de alguna de las dos ciudades en guerra. "Hemos de reunirnos los ancianos a tomar una decisión. Esta misma noche el ahau tendrá su respuesta." El hombre jaguar inclinó la cabeza en reverencia. Mumba dio instrucciones para que se le dieran todas las comodidades al extranjero y un lugar dónde descansar.

Aún en lo alto, Muuk' siguió con los ojos al hombre jaguar hasta que éste se perdió en la espesura. Soltando la falda de su madre, se precipitó por las escaleras clavadas en el tronco. Mako, que leyó todo, solo le recomendó no molestar al hombre si descansaba. Muuk' no era el único niño de la aldea que se había quedado impresionado por el guerrero. Para cuando llegó a la orilla del río, un grupo de unos 6 chicos observaban cómo el guerrero, solitario, río abajo, extendía sobre una roca al sol su atuendo. Ordenó sus prendas con el yelmo al oeste, la faja, la daga y el cajac en el centro, los brazaletes a ambos costados, como si siguiesen los brazos, el taparrabo y las sandalias al este. Lanzó una mirada a los niños, un tanto curiosa, un tanto sn juego. Luego les sonrió, y, sin dejar de mirarlos, dio dos pasos atrás y se dejó caer en las aguas del río, todavía sonriendo.

Muuk' estaba intrigado con el yelmo. Sabía de las bestias que habitaban la selva, más nunca había visto a un jaguar. Las manchas negras sobre el naranja, la textura suave a la vista y lo amenazador de los colmillos encantaron su mirada. Caminó río abajo para acercarse más al extranjero. Solo lo siguieron dos niños más pequeños que él, enamorados por esas prendas mágicas. Muuk' trepó una piedra a unos cuantos metros de donde reposaba el jaguar al sol. Los otros niños no lo acompañaron, pero permanecieron en la orilla, expectantes. La presencia de la fiera era muy poderosa, como si de un momento a otro el jaguar fuese a rugirle a los niños que lo observaban embelezados.

No había señales del hombre que vestía al jaguar, y la curiosidad de Muuk' lo acercó más a la piedra. Al fin lo vio de cerca. El yelmo era mucho grande que su propia cabeza. Podía ver en detalle las manchas de la piel, el tamaño de los colmillos, los bigotes negros aún rígidos, las obscuras cavidades de los ojos, donde alguna vez brilló el fuego ámbar de las leyendas que Mako contaba.

Muuk' sentía el miedo en sus latidos, pero algo lo mantenía en ese sitio. Dio un paso más para acercarse al jaguar y, entonces, una fuerza lo levantó por la cintura rápidamente. El hombre jaguar, escurriendo agua todavía, tenía a Muuk' colgado en su hombro. Una vez que se percató que no faltaba nada, lo puso de nuevo en la piedra. Muuk' no había podido emitir ni un suspiro, su aliento se paralizo desde que fue levantado hasta que de nueva cuenta sus pies estuvieron sobre la roca. Los dos niños que observaron todo soltaron un par de carcajadas. El hombre también sonreía. Muuk' sintió mucha vergüenza, pero el guerrero le obstruía el paso para escapar de la situación. El jaguar seguía al sol. La mirada de Muuk' nuevamente se posó en el yelmo. "Es muy bello, ¿no?" dijo el hombre, "¿Cual es tu nombre?". "Muuk', señor" respondió en automático el pequeño. "Pequeño Muuk’, debería castigarte por acercarte a mi espíritu guardián. ¿Qué no sabes que el alma de la fiera devora a niños y guerreros por igual?" "yo..." intentó balbucear Muuk'. Estaba realmente avergonzado. Si bien la mirada del hombre jaguar era dura, también brillaba la indulgencia en sus ojos. Se quedaron en silencio un minuto, cuando Muuk’ preguntó "¿Qué hizo con los ojos de fuego?". Se dibujó una amplia sonrisa en la cara del hombre. "Sus ámbares los regresé a nuestra madre, bien profundo, para que así pudiera reconocer el camino en el inframundo. Así debe de hacerse, sobretodo con los rivales de guerra." El hombre tomó el yelmo con ambas manos y lo sostuvo unos segundos. Luego, lanzándole una sonrisa cómplice a Muuk', le dijo que se acercara. "Balaam suele embrujar a la gente." le dijo "Sacerdotes, doncellas, grandes señores. Siempre gente que siente el llamado del dios-fiera, todavía no se si son valientes o temerarios.” Guardó silencio un momento y luego le dijo “Puedes tocarlo". Muuk' acercó su mano a la nariz. Dudó un segundo, y luego la acarició. Era más suave de lo que pensaba.

"¿Qué pasa si no se regresan los ojos a la tierra?" Preguntó Muuk'. "Se convertirán en espíritus errantes, espectros que no pueden descender al Xibalbá y acosarán a quien les haya impedido ver el camino de los muertos." El hombre se quedó mirando a la nada un minuto, como si recordara algo, "De cualquier forma, dicen que si haces eso a tus enemigos, el mismo espíritu Balaam, el dios fiera, se encargará de venir por tus ojos para que otros puedan ver ".







Los techos de palma seca ardían entre las flechas en llamas que zumbaban en el aire. Se levantaban gritos de horror y desesperación de los habitantes. Los mismos guerreros que lanzaban las saetas e incendiaban las chozas de las ceibas, esperaban que los habitantes bajaran de los árboles para matarlos en tierra. Masacraban por igual a hombres, mujeres y niños apenas tocaban tierra. Algunos intentaban defenderse de sus atacantes arrojando objetos desde lo alto, mientras otros intentaban sofocar el fuego en el que ardían todas sus pertenencias. Toniná atacaba la pequeña villa.

Muuk' reconoció la gran piedra junto al río. Habían llegado finalmente. En su corazón albergaba la esperanza que Toniná todavía no hubiese atacado la aldea, más pronto descubrió con horror que llegaban tarde. Detuvo a sus hombres en una encrucijada, dos de ellos conocían tan bien como Muuk' el terreno. Dos grupos con arqueros rodearían la ciudad y un tercer grupo iría a la vanguardia. La prioridad, dijo Muuk’, era la vida de los inocentes.

Cuando llegó al claro principal de la villa, debajo de las casas, contó 12 guerreros. Las flechas seguían volando por el aire. Los gritos de la gente se confundían con los aullidos de los monos y el griterío de las aves. La furia y el horror lanzaron a Muuk' al frente. Tomó su daga de obsidiana colgada del cinto y la enterró por la espalda al primer guerrero de Toniná que encontró en su camino. Los hombres de Toniná se impresionaron al ver al grupo de hombres de Bonampak que defendían la villa. El líder era un guerrero jaguar. Las flechas cambiaron de blanco a los hombres de Bonampak. Con un grito aterrador, Muuk' se lanzó contra un guerrero que apenas y pudo desenvainar su arma antes de ser penetrado en el hombro por la obscuridad de la daga Jaguar. Nuevos zumbidos rompieron el aire, flechas con plumas verdes atravesaron la garganta de dos hombres de Toniná. Como si fuese su brazo, la daga de Muuk' atacó a otro guerrero que se defendía. Dos estocadas fueron suficientes para romper su escudo de roble, al tercer golpe, la daga entró por entre los ojos de su rival. Los guerreros de Toniná corrieron hacia el río para escapar. Los hombres de Muuk' ya estaban dentro de la aldea, persiguiendo a sus rivales. Dio la instrucción de que los siguieran y atraparan. Algunas chozas todavía ardían en la altura, los habitantes del pueblo no reconocieron a Muuk', el dolor de sus muertos y perdidas los enceguecía. Entre la maleza había cuerpos mutilados o cruzados por flechas. Entonces Muuk' la vio. Se arrodilló ante Mako, que yacía entre la tierra, embarrada de sangre y sin respiración, con una flecha en el pecho y otra en el abdomen. Muuk' sintió cómo se le desgarraba el interior, sintió un gran calor, le dieron ganas de correr y aullar por toda la selva. Nunca se creyó capaz de sentir tanto dolor. Se le nubló la vista y perdió el equilibrio. El cuerpo le ardía, sus entrañas se quemaba, la rabia le endurecía la mandíbula, le llenaba de impotencia y de odio.

El segundo al mando de su grupo se acercó para reportarle el estado de la situación. "Perseguimos a ocho guerreros por la selva, de los cuales, perecieron tres en la persecución. Uno se quitó la vida a si mismo al verse atrapado y el resto se rindió. Fueron 18 hombres los que vinieron de Toniná a atacar la aldea según confesión de los prisioneros. Los cautivos ya están amarrados y listos para llevarlos a Bonampak". Sin darle ni una mirada a su subordinado, Muuk' le ordenó "¡Mátenlos a todos! Quiero los ojos de esos infelices.", "Pero señor..." Bastó una mirada del hombre jaguar para que se cumpliera la orden. Los ojos de los guerreros fueron hilados las hebras de un agave y colgadas en un cedro, lejos de la aldea.

La noche se cernió sobre la gran Lacan-Tún. Las bestias de la noche se empezaron a mover. Muuk' tomó el camino al río. Llegó hasta la piedra dónde conoció al hombre jaguar y, de la misma forma, se despojó de su atuendo. Entre la espesura, vio un par de destellos ámbar, dos chispas de fuego que caminaba entre las sombras. Caminó hacia ellos, sintiendo el interior de su cuerpo ya consumido.


julio 04, 2008

C: Estado Desaparecido

Yo todavía me acuerdo de como era San Juan.  Mi papá tenia una camioneta de redilas, y movía las verduras que se sembraban.  Yo tenia 6 años, todavía estaban aquí Miguel y Juan José.

Miguel nos llevaba a Juan y a mi por el camino de terracería a casa de Don Jorge.  Todo ese camino tenía milpa.  Harto maíz.  Íbamos por leña, luego por el Coacoyunga, para hacer fogatas.  Había un arrollo que siempre corría, se veía mas verde todo en esta época.

Empezaron con lo de los granos.  Que estaban muy caros y no servían para sembrar más maíz.  Y le bajaron.  Cuando estaba entrando a la secundaria ya solo unos pocos sembraban.  A Miguel le salio la oportunidad y se fue.  Después de él muchos mas.  Había un pollero del pueblo, Guadalupe, solo una vez se le murió un niño.  Luego ya no había nadie de 20 para arriba.  El camino quedó sin maíz y el arrollo se empezó a secar en verano.

Mi papá tuvo que irse, ya no había que mover, y Juan se fue con él.  Cuando murió Don Jorge, esas tierras las compraron unos del norte.  Mucho varo.  Metían las trocas pintadas, y cercaron bien el terreno.  Cuando veía si me iba del otro lado o me quedaba a estudiar la prepa ya estaba jodido.  Al terreno de Don Jorge le habían puesto pista de aterrizaje.  Los cabrones andaban como si nada por el pueblo, con la pistola todo el tiempo.

Ahora el arrollo ya ni aparece.  De verdad que se le fue la vida a esta tierra.  Se le fueron los hombres, se van las mujeres.  Mi mamá se va con Tere en unos días.

Todo lo que yo recordaba sobre San Juan es distinto hoy.  Es como venir de un lugar que no existe, algo así como un apátrida.  Supongo que por eso no me duele tampoco a mi irme de este país.

marzo 11, 2008

Retomando...

Después de mas de un año, retomo este trabajo.
No es que haya sido un año de apatía, mas bien, fue un periodo en el que descubrí demasiado. Con todo lo que eso implica para bien y mal.
Hice el sacrificio, y después de caminar bajo las estrellas y luego la luna, vuelvo a la vida.



diciembre 23, 2006

IV: Lima

Tres veces coronada, La Rosa del Pacifico descansa entre los andes y la costa. 154 m. la elevan de las aguas, Lima mira al suroeste un mar de tonos verdes y azules profundos. Nombrada La Ciudad de los Reyes por el conquistador Pizarro el 18 de Enero de 1535, fue la capital del virreinato del Perú, parte de lo que hoy es Ecuador, Perú y Chile; Sin embargo, el valle donde se asienta la ciudad tiene vestigios humanos con 12000 aňos de antigüedad. La fusión cultural español indígena fue distinta a lo que sucedió en México, los españoles se casaron con la nobleza Inca para generar los señoríos de la nueva sociedad colonial, ahí esta el ejemplo de Gracilazo de la Vega, hijo de una princesa Inca y de un español.

El centro esta lleno de palacios de la colonia. El estilo barroco y neoclásico se alternan de fachada en fachada, de balcón en balcón. La catedral, el palacio de gobierno y portales rodean la plaza mayor, centro de las trece por nueve calles originalmente trazadas en su fundación. La iglesia y convento de San Francisco muestran la soberbia del barroco en sus salas, coros, bibliotecas y jardines. También tiene la Universidad Nacional de San Marcos, fundada en 1551 z que es hoz la máxima casa de estudios del Perú.

Al sur del centro están los barrios de Miraflores y Barranco, donde están las viejas casas de verano de los señores de la colonia. Miraflores es hoy la zona rosa de la Lima. El parque Kennedy es su centro y desde ese punto el mar esta a menos de 2 kilómetros. Playas comerciales, cafés, hoteles, centros nocturnos, casinos y parques llenos de niños, jóvenes, familias y turistas. Algún aficionado canta baladas en una plaza, mientras entre extraños bailan una o dos canciones las tardes del sábado. Flores en todas las jardineras, moradas, amarillas y rojas. En el malecón los novios se toman fotos entre citas y leyendas de enamorados famosos. El mar llama a dominar las olas en tablas. Barranco es menos turístico y con mejores playas. Neoclásico totalmente, parece una ciudad distinta de lo que se ve en el centro andino o en el moderno Miraflores. Por las calles, viejas casas indescriptiblemente melancólicas. Sus terrazas tienen un aire antiguo, como de lago que ha tenido suficientes experiencias.

La mejor forma de expresar la mezcla cultural de la región es a través de su comida. Se pueden encontrar platos criollos, del mar, comida “chifa” (resultado gastronomico de la migración China), platillos indígenas así como las nuevas corrientes que surgen de las escuelas culinarias Limeñas. Salsas ácidas, con ostiones, agridulces, con especias, picantes, dulces, saladas y todo es motivo para agregar. Panecillos en formas de trenzas y donas. Tamales en hojas de plátano o de maíz. Para la sed, emoliente, una chicha morada bien fría o jugos de frutas misteriosas como Lúpulo y Quinua. Granos de todos los colores, tamaños y sabores. Chicharrón de camarón, caldos de almejas, cebiches, Lomo saltado, Seco de Res, todo para llorar de la dicha.

La sensacion que me genero la ciudad fue de retorno. Era como si volviera a la ciudad despues de un viaje largo, mi regreso. Origen y cambio; Lima expresa en miles de facetas su pasado de imperio, colonia e independencia, mientras continua su lento proceso de mestizaje en este inmenso mortero de mar, andes y tradición.

diciembre 07, 2006

L: Diccionario para mexicanos del Español Colombiano

Confío en ir agregando entradas con el tiempo:

Arrecho: Adj. Alegre...
Bacan - Bacano: Adj. Chido.
Bus: Sust. Camión.
Chichí: Sust. Puede ser pipí o el miembro...
Chimba: Adj. ó Sust. Ojo con esta, puede ser algo chido, pero también significa vagina.
Envolatado: Adj. Con mucho trabajo.
Fríjoles: Sust. Frijoles.
Gallinazo - Picaflor: Adj. Mujeriego.
Gamín: Sust. Malandrín, pordiosero.
Guaso: Adj. Igualado, pelado, abusivo.
Guiso: Adj. Corriente, naco, camionero.
Hueva: Sust. Dícese de alguien o algo que es tonto.
Maluco: Adj. Malo.
Mamado: Adj. Muy cansado o aburrido.
Mañé: Adj. Naco, de mal gusto.
Marica: Sust. Wey en Bogotá.
Parce: Sust. Wey en Medellín.
Pereza: Sust. Tal cual, hueva.
Plata: Sust. Dinero.
Play: Adj. Fresa, snob.
Tinto: Sust. Café.

No utilicen:
Cabròn, es una palabra muy fuerte aquì.

Y Gonorrea es de las ofenzas más grandes.

C: Must Taste Colombia

Apartado para reseñar lo que a mi parecer deben comer o tomar de Colombia.

*** No fuiste si no lo probaste
** Muy recomendable
* Recomendable, simplemente

Aguardiente (***): Característica de Medellín. Tiene un sabor a anís al final del trago que… bueno, mejor pruébenla.

Ajiaco (***): Caldo hecho a base de distintas variedades de papas disueltas en caldo de pollo (más difícil de preparar de lo que creen). Lo acompañan con alcaparras, crema blanca, arroz, aguacate y plátano. Verdaderamente, para llorar de la dicha. Pruébese en Bogotá.

Bandeja Paisa (***): Sólo para atascados, aunque pueden pedir media bandeja. Suelen servirla con arroz, frijoles (pronúnciese Frìjoles), chorizos (que aquí son como salchichas para asar... por mucho, mi embutido favorito [jojoy]), chicharrón (la sección del cerdo de dónde sacan el tocino en un corte muuuuuy grueso, muy grasoso para mi gusto), carne molida (una especie de machaca, pues la carne es casi seca preparada con cilantro), ensalada (y dale con la col, la zanahoria y la piña) y una papa hervida con sal. Pruébese en Medellín.

Buñuelos (**): A diferencia de lo que cualquier mexicano pueda figurarse, los buñuelos son bolitas de masa de pan con queso, fritas. Pueden funcionar como "pasabocas" (botanas) ó para acompañar otros platos.

Chacha (**): No tengo la certeza de esta, creo que es una bebida fermentada de maíz. Se consigue en Bogotá, muy fuerte.

Chuzos (*): Brochetas únicamente de res, cerdo o pollo (las hay hasta de viseras, solo para amantes de los intestinos) a la plancha. Los suelen acompañar con ensalada de col, zanahoria y piña picada con mayonesa y una papa hervida con sal.

Fríjoles (***): Ustedes los conocen, pero no en esta versión. Ojo con el acento también. Aquí son mas grandes, y los acompañan con chicharrón picado, granos de elote, arroz, papa rayada y frita y chorizos.

Guarapo (**): Agua de panela y limón, deliciosa y refrescante. Esta si puedo prepararla en cualquier parte del mundo dónde haya panela.

Mazamorra (**): Agua con maza de maíz disuelta y granos de elote. Suelen acompañarlo con fruta cristalizada, a mi me tocó siempre con guayaba.

Mondongo (**): ¿Creían ser los únicos que comían viseras? Pues no. Aquí es también un caldo muy popular.

Natilla (*): Dulce de leche quemada. Tuve la fortuna de ver el proceso de preparación (casi casi ritual) en leña. Prenden la leña y ponen a calentar una olla muy grande. Vieren la leche y comienzan a moverla (con técnica por favor: centro, regresas por la derecha, centro, regresas por la izquierda… con cuidado de mantenerla oxigenada y sin que se queme o se pegue, y le agregamos otro grado de dificultad, recibes todo el humo y terminas apestando a campamento). Le adicionan maizena, coco rayado, pasas, queso y mantequilla. Este postre lo suelen preparar en época navideña. Sólo para los amantes del dulce.

Patacones (**): Hacen una base de plátano macho verde machacado y frito, imagínense una tortilla frita, pero de plátano. El clásico lleva encima Hogao, una especie de salsa de (ji)tomate, cebolla y pimientos (por lo regular) sazonada. Claro que también hay con "deshebrada" (pollo deshebrado), res, quesos, champiñones y cuanta cosa se le ocurra al cocinero.

Sancocho (***): Caldo de res, cerdo, gallina ó pescado (ó todos a la vez) con verduras hervidas: papa, elote y "yuca" (poro) por lo regular. Otro caldo maravilloso.

Notas culturales:
Sandwich es "Sanduche"
La comida Mexicana es malísima
Un hocho (hot-dot) es suficiente para la cena, aquí son gigantes y llevan huevos de codorniz

noviembre 21, 2006

C: El Regalo

Casi siempre llegaba a su casa entre las nueve y diez de la noche. Simple, sencilla y programada vida. Le gustaba recostarse en su sofá mientras escuchaba música, hasta que le parecía hora de dormir. Esa noche llegó a las 9:22pm.

La ventana, desde el tercer piso, veía al oriente. Afuera un gran árbol del Balso, calles de casonas antiguas, grandes banquetas con flores y vida: el barrio Prado de Medellín. Dante prefería vivir sus calles por la noche, cuando los ruidos de la ciudad se perdían en zumbidos lejanos de autobuses con motor diesel. El barrio había sido nombrado como su similar de la ciudad de Barranquilla, imitando también los estilos neoclásicos en sus pórticos y balcones. Sus aceras siempre llenas de verdor, deleitaban al transeúnte con los aromas de las flores que pernoctaban bajo la luna, silentes testigos de las figuras que vagan por la noche. A Dante le parecía el lugar más transparente del centro, sobre todo después de la llovizna.

Dante se detuvo un momento a mirar la calle desde su ventana. El farol iluminaba el pasto y las ramas que se extendían por la acera, allá abajo. Era una noche especialmente silenciosa. Una moto pasó zumbando. Mientras se alejaba, se escuchaba en el aire el vibrar de unas campanillas agudas. Dante disminuyó el volumen de la música al percatarse que los ecos aún resonaban. Se asomó por la ventana, apenas perceptibles, pero ahí seguían, con su parsimonioso tintineo. Dante comenzó a buscar el origen de las campanas. No venían del interior de la habitación ni de las habitaciones contiguas y pronto descubrió que sólo las escuchaba desde la ventana.

Comenzó la lluvia, tenue y suave como velo cayendo por la colina. Dante sintió que las calles se lavaban el cansancio. Las pocas figuras que caminaban desaparecieron, dejando sólo la brisa, el asfalto y el pasto. Dante miró la cornisa de su ventana. Tres semillas del árbol del Balso habían volado hasta su habitación. “Cascabeles, ¿no?” se dijo Dante. Como un impulso las retiró de la lluvia, colocó algodón en un vaso y ahí las depositó.

El viento pronto disipó las nubes, y la luna brilló llena, bañando la habitación desde la ventana. Dante se acostó sin sueño, las campanillas habían dejado de sonar. Esa noche soñó que su tía Ana había venido a pedirle las semillas como encargo de un rajá, ya que contenían el secreto para poder encontrar una invaluable joya.

Lo primero que hizo al levantarse fue ir a mirar el vaso de las semillas. Dante no daba crédito, primero pensó que todavía estaba dormido, las semillas no estaban por ningún lado. Después de buscarlas por toda la habitación, salió con prisa de su casa a tomar el bus. Contó tres estrellas pintadas en el piso camino al trabajo, olvidó pronto y el día transcurrió sin contratiempos.

Llegó a su casa a las 9:15pm. Puso música y se tiró en el sillón. Pasado un rato se acercó a la ventana. Miró el vaso de las semillas y tuvo un suspiro involuntario, ahí estaban otra vez. Comenzó a observarlas con mucho detenimiento, preguntándose cómo habían desaparecido y vuelto a aparecer así. “Descaradas” pensó Dante. Las semillas seguían en su mente, y se inventó miles de historias para explicarse el hecho. Ladrones, ánimas, duendes, ángeles, pájaros y hasta el ratón de los dientes figuraron en su listado de sospechosos. Después de mucho pensarlo ya toda la situación comenzó a provocarle risa y sólo las siguió contemplando.

Esa noche la luna volvió a resplandecer en la ventana. Dante soñó que tres hadas descendían del árbol del Balso, pequeñas y esbeltas, con alas de mariposa radiando la inconfundible florescencia de la naturaleza. Dejaban ecos de suaves campanas tras sus aleteos. Llegaron hasta el vaso de la ventana, dónde ahora había un pequeño tallo del árbol, y se quedaron revoloteando a su alrededor.

Esa mañana no le sorprendió que las semillas volvieran a desaparecer. De hecho era algo que deseaba. Lo que si lo extraño fue la aparición de un pequeño tallo del árbol, demasiado grande y hermoso para haberse gestado en una noche con luz de luna.

Salió a tomar su bus rumbo al trabajo. Ese día pensó varias veces en las semillas. Regresó a las 8:40pm esta vez. Al llegar, corrió a la ventana a buscar el vaso. Ahí estaba, con el tallo, pero sin semillas. Dante se sintió decepcionado, pero aún así, no pudo dejar de sentir simpatía por el retoño. A partir de ese día, comenzó a ponerle agua todas las noches, y aunque las semillas nunca volvieron a volar hasta su habitación, Dante siempre coloca el tallo cerca de la ventana, dónde la luna y el árbol del Balso puedan verle.



Para Andrés, por el tiempo y el espacio común.

noviembre 12, 2006

II. Santa Fé de Bogotá

Bogotá vibra a 2640 m sobre el mar con sus más de 6 millones de habitanes. La humedad se respira, los cerros de Monserrate y Guadalupe observan silenciosos la urbe que se extiende en el Oeste. Hace 470 años que fue fundada por Gonzálo Jiménez de Quezada como Santa Fé, aunque en el valle habían asentamientos indígenas. La candelaria es el centro histórico y cultural de la ciudad, sus edificios hablan de la colonia y la riqueza del oro. Hoy alberga galerias de arte, bibliotecas, museos, universidades y cafés; en este barrio conviven la vida cultural, política y de negocios de la capital. La plaza bolívar es el corazón simbólico de la Candelaria, ahí se encuentra la catedral, la alcaldía de la ciudad, que según me informaron, es idéntica a la de Madrid, el palacio de justicia y el capitolio.

El Museo del Oro es un símbolo nacional, muestra la brillante orfebrería precolombina, impresionantes dijes, pulseras, pecheras, puntas de bastones, coronas y más objetos que elaboraban los antiguos pobladores de este valle y de otras regiones de Colombia. El Museo del Banco de la República comprende la Casa de la moneda, el museo de arte moderno de la répública y el museo Botero, con una colección personal que incluye a otros pintores y escultores de renombre mundial. Ambos museos son una muestra de la importancia que la ciudad da al fomento de la cultura.

Caminando por sus calles, se siente la lluvia en el rostro, que es un elemento de convivencia constante . Hay veces que parece que la gente ha olvidado la lluvia, y siguen recorriendo las húmedas aceras de Santa Fe. En las noches, la candelaria es tomado por sus habitantes en cafés, bares y plazas al este y oeste de la carrera séptima. Sacos largos, abrigos, bufandas y gorros se ven portados por toda la ciudad, sin embargo Bogotá no se caracteriza precisamente por la alegría de su gente. La torre Colpatria muestran otra rostro aèreo de la ciudad. Desde dicha torre hasta el Museo Nacional, la septima atravieza parques, centros de convenciones, el planetario, el museo de arte moderno, bibliotecas y la plaza de toros.

Caminando por la Carrera 11 entre la 100 y la 70 aproximandamente està la zona rosa de la ciudad. Área de negocios, oficinas, restaurantes, centros comerciales y parques. Cada esquina de la cr 11 tiene una sombrilla multicolor con frutas picadas. Hombres de traje y mujeres de gabardina caminan con prisa conviertiendo la carrera en pasarela. El parque de la 93 está llena de cafés, bares y restaurantes con terrazas de techos y paredes transparentes, sillas y mesas de lineas delgadas, con el acero predominando en escena. Caminando por el àrea puedes encontrate con parques que alternan hortencias, orquìdeas multicolores, pinos y cesped. No faltan los canales con bancas de piedra dònde la gente se sienta a tomar un tinto o a fumar un cigarrillo. Esta es el àrea de los grandes bancos, casas diseñadoras y corporaciones. Hay manzanas completas de casas tipo chalets recubiertas de ladrillos con dos plantas, chimeneas y blancas ventanas que sobresalen en medios hexagonos de la fachada, como barrios ingleses o alemanes.

El espìritu cosmopolita de Bogotà rescata lo propio, lo colombiano, mientras mira al exterior y proyecta su cultura al mundo. Bogotà, la atenas americana.

F: Santa Fé de Bogota 2










F: Santa Fé de Bogotá










noviembre 06, 2006

F: Plaza Mayor y àreas aledañas, Medellin 2

Èste y el post siguiene son fotos del àrea, les recomiendo que primero vean el anterior y luego este. Este es el centro Administrativo "La alpujarra", las oficinas departamentales estàn aquì ubicadas.
Este es uno de los miradores que tiene el río Medellìn, que cruza la ciudad de Norte a Sur.
Saludos...
Las columnas de las que hablo en el siguiente post
Un detalle de la torre de la iglesia del Sagrado Corazòn.
Este es un pasillo que està al lado del museo Interactivo de EEPPM, es como un mini Papalote, Museo del Niño.

F: Plaza Mayor y àreas aledañas, Medellin

Bien, pues aquí algunas fotos de la ciudad. Me habìa tardado, pero al fin las subo. Esto es una porqueria, no puedo subir muchas a la vez... asì que serà en varias entradas, ni modo:

Esta es una vista desde la plaza de los pies descalzos, en el centro de la ciudad.


El parque pies descalzos, esta y la que sigue. Llegas, te quitas los zapatos y los metes a los espejos de agua que tiene la plaza. Hay tambièn unas columnas que arrojan agua dònde los niños se meten a jugar.
Este es el Teatro metropolitano, visto desde la plaza mayor.
Esta es la iglesia del Sagrado corazòn.
Este es el edificio inteligente de Empresas Publicas de Medellin (EEPPM), esta es una empresa paraestatal que brinda servicios de agua, luz, telefono, internet y television por cable. A diferencia de las paraestatales mexicanas, esta empresa es muy biena, brinda servicio a casi toda la ciudad, tiene los mejores estàndares de rendimiento y producciòn y es modelo de referencia para empresas de otros paìses (a ver si aprenden algo los de la CFE).


Esta es llamada "la caja de Madera", està en el centro de convenciones "Plaza Mayor"
Esta es otra vista del Teatro Metropolitano, aquì se presentò a Madredeus hace como un mes... no fui.

agosto 30, 2006

F: El Poli, Mi segundo hogar (gulp)

Aquí las fotos del lugar dónde laboro, nada del otro mundo, solo pa' que se den un quemón de la infraestructura. Sé que soy nada descriptivo, se friegan!!!


Rectoría


Esta fuente está frente a mi oficina.


Suburbios circundantes


El campo de football y las montañas del Poniente


"Parqueadero" de motos


Football rápido


Eucaliptos


Estudiantes en horas libres.


Edificios circundantes


Edificios circundantes


La misma fuente, pero desde otro ángulo


Áreas verdes

F: Tuxtla's Night

Para aquellos que no conocen la capital del pozol, un poco del añorado terruño.


Lo que solía ser la fuente, símbolo de la capital Chiapaneca, fue reemplazado por un puente peatonal...


El bolulevard cerca de la 2a Ote


Monumento de la anexión de Chiapas a México (mal hecho)


Panorámica desde el parque Morelos


Vista posterior de la catedral


Torre principal de la catedral


El boulevard cerca de la 10a pte


Mural de la escuela de artes de la UNACH


¿Cómo nos arreglamos?


Acelérale Chooufer

Y premio a los que adivinen quienes son los personajes de estas fotos: