
Mi ventana se desplaza por encima de jirones nebulosos e informes.
Es la velocidad quien rompe los cúmulos de mi perspectiva en lineas profusas y dispares.
¿Cuanta distancia será necesaria recorrer?
¿Cuanto aliento cabe en una bocanada?
Ahora que comprendo este movimiento, puedo ya alcanzar mis prófugos deseos.